sábado, septiembre 06, 2014

La ciudad de mis sueños

Cuento para el viaje de regreso, escrito especialmente para ti.
Inspirado en tu vuelta de ayer por la librería.
“Hoy es siempre todavía” dijo Machado

La ciudad de mis sueños


Siempre que le digo a la gente donde trabajo, o bajo qué condiciones lo hago, me cuestionan, y me cuestionan… Sabes cuantas veces mis amigos me han preguntado que hago trabajando en una librería? Diría que literalmente cientos, ninguno de ellos, ha aceptado realmente que vivo de los libros, de lo que ellos me brindan y de lo que me regalan.
Cada vez se hace más evidente, el porque nunca he sido muy cercana con la gente que me rodea, y quizás.. o sin el quizás por eso es que me refugio en los libros, y hago por amigos a sus personajes, me sumerjo en sus historias, y hago de su trama el guion de mis horas. Por eso acepte dedicar mis horas a la venta de libros en este lugar olvidado del mundo, en esta pequeña librería, donde tan pocos y tan particulares clientes llegan.
Mientras hablaba el otro día con un Profesor que siempre nos visita, le decía animadamente que he soñado con recorrer la Colombia que me enseño amar Gabriel García Márquez en sus libros, su Cartagena…su Barranquilla.. y saber si Macondo existe en algún mapa o no. O porque no la Bogotá que recientemente describía Mario Mendoza, entre sus umbrales.
Le contaba que espero recorrer la Barcelona que entre nieblas me presento Ruiz Zafón. Le contaba cómo me he sumergido en la Florencia de Dan Brown, recorrido museos y catedrales, anhelado huir por sus calles a toda velocidad o caminar sus callejuelas de la mano de alguien amado. El se reía, - Tanto soñar alimenta las fantasías, pero encrudece las realidades, ojo con eso jovencita soñadora-, agrego mientras se marchaba. Lo de  jovencita, está por verse, lo de soñadora, hasta los poros.. solo pensé.
Te confieso que no puedo decidirme sobre el Madrid de Benito Pérez Galdós, la ciudad de la posguerra de Camilo José Cela cuando escribió La Colmena, o el que viví en el Tiempo entre Costuras. Tampoco decidí si acepto la invitación de los jóvenes que me invitan a recorrer Roma en moto, en 3 Metros sobre el Cielo.
Cuando sueño he refrescado épocas distintas, me he vestido de largos y flamantes vestidos, asistido a elegantes fiestas, paseando en carruajes y conversando con distinguidos caballeros. Me he cuestionado si existen otras vidas y he elegido a Jane Austen para que me lleve a vivir con la familia Bennet en Orgullo y Prejuicio, me he creído que soy una hermana mas, de las que están en búsqueda del amor, la lucha por el futuro y de esas que tratan de sacar fuerzas para encarar el destino con determinación.
En otros sueños me he ido al Japón de épocas misteriosas y reviviendo las Memorias de Sayuri, me he convertido en una Geisha perfecta, entrenada en las artes y en el placer, entrenada para complacer, entrenada para que el hombre que me elija me considere perfecta dentro de la cama y fuera de ella. Me he maquillado de blanco, me he vestido de rojo, me he pintado los ojos y los labios¸ he vuelto a ser virgen y a dejarlo de ser, he amado.
He temblado de miedo rogando no cruzarme con Grenouille en las callecitas de Paris, tan solo de pensar que el pueda antojarse de crear un perfume con mi piel, y me deje blanca la sonrisa y el alma. Y en mis más profundas pesadillas, he corrido huyendo del asesino de Crimen y Castigo, como si estuviera viviendo con Dostoyevsky en la Rusia de los 1800s.
Y como soy de esas personas que para todo tiene una teoría, así nadie lo sepa yo si sé, porque Doctor Jekyll, favoreció con su fortuna a Mr. Hyde. Y prefiero pensar que siempre sé quién es el asesino que Agatha escogió, antes de llegar de cada libro a su final. Y si tuviera en esta vida una pareja con la química y el ingenio del Doctor Watson, le daría lecciones al mismo Conan Doyle de cómo puedo ser protagonista de una gran historia de ingenio y aventura. He recorrido Londres mil veces, y siempre he terminando en 220b Baker Street.
Yo me escondí, llore y morí junto a Anna, en cada página de su Diario, en una Holanda invadida. Con ella conocí la historia del holocausto, que tantas veces mas reviví. Y con certeza confirme que Libros robaría mil y una vez, si en los zapatos de Liesel me encontrara.
Salí viva de la prisión de Marsella, donde bordee la locura con Edmundo Dantes, y junto con él realizada me sentí cuando en el Conde de Montecristo se convirtió, mudé a su celda mi refugio y  fue su libertad mi aliciente. Me imagine siendo la mujer que entre máscaras descubrió los ojos del hombre que amo y que nunca olvido.
Viví con Felipe, y me dedique a organizar y a terminar las memorias del general; y me cuestione si Aura era humana o no, y aunque dude si Consuelo era un fantasma, nunca supe si Carlos Fuente esta historia la vivió o tan solo la soñó. He querido aceptar la invitación que él me ha hecho de conocer México, la ciudad que relata cuando escribió “La región más transparente”.
Y aun así, la gente se atreve a preguntarme que porque me he conformado con tan poco, gente que no sabe que he corrido por las calles del Chile de Isabel Allende, o de la búsqueda de oro de los inmigrantes chilenos que lucharon en California, tal como la viví en La Hija de La Fortuna, si no saben cómo llore con esa niña que viajaba embarazada en la más oscura bodega de ese triste y húmedo barco. Me juzgan pensando en lo económico, en la posición social, me hablan de crecimiento profesional, porque no ven el tesoro en el que me zambullo, no ven que con cada página que leo, yo crezco, crezco en pasiones, crezco en ilusiones.
Como cuando huí con Maya, en el relato que su Cuaderno me mostró. Cuando me fui con ella a aquella pequeña isla, donde el continente pierde el nombre y entre olas el polo inicia el suyo. Y es que con esta Allende hasta me hice amiga de los Pigmeos que en su Bosque visite, y los ayude a vencer a Mbembel. O como cuando quise ser Nadia en la Ciudad y Las Bestias, y sumergirme con Alex y su abuela en los húmedos  y tenebrosos mundos que se esconden en el Amazona que bizarramente navegaron.
Y me juzga gente que no sabe del Perú de Vargas Llosa, de su Lima, de la vida en sus jóvenes y sus colegios, en La Ciudad y Los Perros;  y aun así, cuestionan mi pasión por América.
Me cuestionan quienes no conocen la insoportable levedad del Ser, ni han vivido la historia de Praga que Milan Kundera relato, ni han anhelado caminar con Teresa, hasta Tomas, o hasta alguien más.
Recorrí con Paulo Coehlo el camino del Peregrino para expiar mis pecados, y atravesé el desierto para encontrar mi propia estrella. Con él me senté a la orilla del rio piedra y llore. Y también he querido saber si como María, mi actitud fuese fuerte y coherente ante las adversidades o tomaría solo Once Minutos destruirme.
He llorado y he reído en las mismas líneas al ver la desfachatez con que escribía Benedetti, que me lleva del amor más sublime, a la lucha de los exiliados uruguayos el triste regreso del prisionero político a la esposa que des su vida en su ausencia en la Primavera con una Esquina Rota, a la inconformidad política o social. Trasladándome del dolor de una decepción, de un amor no correspondido, a los brazos de la persona amada de un solo plumazo. No, no pueden entenderlo. Y yo estoy cansada de intentar explicarlo. Porque cuando Mario, escribió, lo hizo solo para mi, cuando dijo “Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.”
No entienden que en los días de nostalgia vuelva una y otra vez a las Rimas de Bécquer, a esas oscuras golondrinas que no volverán. O que busque al Borges que parecía que escribía para mi cuando decía que “Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”, para que me repita que “Estar enamorado es pensar que esa persona es única”, o el Borges que entre líneas confeso “He cometido el peor pecado que uno puede cometer. No he sido feliz.”.
No entienden que me refugie en el Neruda que me corta el aire cuando me pregunte “¿Sufre más aquel que espera siempre que aquel que nunca espero a nadie?” o cuando me manda a repetir como un mantra “Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños”.. y cuando vestido de marinero dijo, “Para que nadie nos separe, que no nos ate nada” y he contado con el poema tras poema, al amor y al desamor, que me diga “Yo la quise, y a veces también ella me quiso”, y aun así saber que “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”. El que me inspiro a una isla de Italia escapar. Aun así cuestionan mi pasión por mi idioma, mi cultura.
Sin embargo con frecuencia, me encuentro preguntándome si será que tienen razón, que debo hacer un pacto con la sociedad, y tomar un trabajo de oficina, e iniciar una carrera que me asegure un futuro. Pero que es el futuro? Donde esta? Quien me garantiza que? Y me desarmo a mi misma…
Así es como un viernes en la tarde, mientras mis amigas pensaban en que ropa se pondrían para salir esa noche. Yo me encontraba rumiando entre ilusiones y fantasías, decisiones y frustraciones; cuando alguien me sobresalto,  entro un cliente, un joven que distraídamente buscaba un libro que su jefe le había encargado, en pocos minutos entablamos conversación, resulto ser hablador y divertido. Así que, por alguna razón que todavía no logro esclarecer, me encontré preguntándole, si tus vacaciones fueran un libro, que destino elegirías…?
Mirándome a los ojos me sonrió, y me hablo del París del amor…del París que le llenaba la cabeza de sueños de pasión. Y quise caminar con el la ciudad que Cortazar en su Rayuela me obligo a recorrer  y seguir el ruta que Oliveira trazo. O a visitar con el aquel Cinema Paradis en un barrio de aquella ciudad, y esperar en algún puente un Atardecer en París, tal como a mis ojos un día le conto Nicolas Baurreau. Le pregunte si había pensado visitar España, respondió Barcelona, le pregunte Italia, y dijo Florencia.
Mientras lo veía pagar para marcharse…me anime y le ofrecí un café, y me dijo que no podía, pero que volvería. Me sorprendía a mi misma mirando la puerta abrirse y cerrarse, esperando volverme a sorprender con su mirada y su sonrisa. Así pasaron los días y semanas.
Poco a poco volví a mi rutina, y quise dejar que Nora Roberts, me hiciera suspirar con ese amor perfecto que un día toca a tu puerta y no dejas ir.  Y me encontré pensando en que tengo la fuerza de Anna Karenina que Tolstoi me mostro, su ímpetu y su osadía para luchar por el amor.
He soñado que al oído me han dicho que estoy como agua para chocolate, de tal forma que hasta Laura Esquivel se sonrojo. Y ya no sé si me soñé convertida en la Anastacia, de las cincuenta sombras, o si soñé que él era Christian Grey; lo que si se es que por alguna razón cada cierto tiempo volvía a pensar en el aquel joven que soñaba con París.
-Y tú? No has soñado alguna vez con darle la vuelta al mundo en un globo?... una voz pregunto, - Solo con Verne y por no más de 80 días, le conteste riendo, a esa voz que me hablo detrás del mostrador. No tuve que voltearme para saber quién era.
Traía en las manos un café. Colombiano, el mejor del mundo, aclaro él.

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domingo, agosto 31, 2014

El duende de mis Ilusiones

A ti, Duende de mis musas

de mis ilusiones

Un cuento inspirado en lo que me has hecho soñar.. 

la ilusión que me has regalado...




Había una vez una princesa.. una princesa que subió y bajo de lo alto del castillo muchas veces... no era un castillo ni especialmente grande, ni hermoso, pero era su castillo… el castillo no tenía cerrojos ni férreas puertas que lo separan del mundo, aun así no todos podían subir porque cada pared estaba recubierta de poemas que nunca nadie leyó, de palabras que nadie entendería, y aunque mucha gente llego a acercarse nadie lograba descifrar tantas tonterías que adornaban las cornisas, tantas flores de nostalgia que llenaban los jarrones, tantas lagrimas que se servían de agua a la peceras donde nadaban las estrellas del cielo que un día la habían abandonado.
Se le hacía más fácil vivir un día sobre otro en la planta baja del castillo, donde no habitan preguntas existenciales ni cuestionantes vanas, y así vivió año tras año, entre fiestas y desfiles.
La princesa nunca olvido ese tesoro escondido.. siempre anhelo subir otra vez a la torre de sus ilusiones y de encontrar alguien a quien mostrársela, pero era muy complicado y aunque se paseaba por la torre de tanto en tanto, mantenía la entrada a salvo escondida tras la muralla.
Hasta que un día apareció un duende de ojos saltones y sonrisa cálida, que la hizo reír, y la desarmo, ella bajo la guardia y se atrevió un día a decirle tengo una torre, porque sabía que a pesar de lo que vendían los ojos del duende el también traía sus nostalgias ocultas y disfrazadas; ella sabía que el la entendería… y así fue... él quiso leerla, ella dudo.
Pero día tras día se divertía con el duendecito que entre letras le visitaba, entre miradas despertaba mariposas, que se dejaba querer… y un día le dijo sí.. sube.. y léeme.. y ella fue feliz porque se disfruto cada instante de esa subida.. al ver cada mirada que el duende absorto daba mientras subía los escalones hacia la torre, su sorpresa ante cada palabra, su suspiro ante cada sentimiento que lograba entre símbolos descifrar… y el mejor regalo, la entrada a su corazón, cuando pudo ver lo que por dentro la princesa entre hiedras oculto.
La princesa abrió las ventanas de par en par dejo que la risa del duende entrara, y descubrió que no todas sus líneas estaban escritas, que de repente necesitaba lápiz y papel otra vez, que de repente la palabra instante, la palabra coincidir, la palabra infinito se le antojaban diferente, de repente sus musas tenían nombre, y las palabras que surgían una tras otra, parecían fuego que la quemaba si no se las daba.
Y allí donde pensó que no crecerían nuevas flores, donde pensó que no retozaban más mariposas, justo allí donde hasta la nostalgia la había abandonado, la princesa volvió a sentir y a escribir, y colorear con nuevas sensaciones las paredes de su torre..  
Se prometieron verse solo en lo alto de la torre, mientras la princesa continuaba bailando y desfilando en el gran salón. Se prometieron encontrarse cuando uno de los dos necesitara una palabra que le refrescara la sinrazón, a la razón. Cuando las musas se divirtieran retozando en la princesa, desorganizando su corazón.
Este no es el cuento del príncipe azul, en el caballo blanco. A esta princesa no la salvo el gallardo caballero, del temido dragón. A esta princesa un duendecito le revivió el corazón. La princesa está habituada a la nostalgia, el duende al amor.. la princesa estaba habituada a la ilusión, el duende a la razón.
La princesa dijo te quiero, el duende......

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lunes, julio 14, 2014

Infinito Día 4


Que mucho...sea la medida de tu infinito..


Infinito Día 4

Entonces el día de hoy
Debe ir de motivarte
A enfrentar con alegría
Los retos que te trajeron
Los últimos sucesos
De recordarte el valor
De las experiencias vividas
Y que  las penas si son compartidas
no deben doler igual
Pero para eso me falta musa
e inspiracion

Porque en la vida real
Todo lo que quiero es decirte
Son las cosas que espero
que te departe la futuro
en este año y el otro
y el otro, y en aquel en que
no nos sepamos más.

Espero que el mago siempre
Logre sacarte un conejo de su sombrero
Espero que tu ruleta se detenga siempre en el 6
O en el 36
Que los días en que ames tengan más de 24 horas
Que los meses que disfrutes más de 31 días
Que no dependa de la suerte tu fortuna
Que no dependa del azar lo que por tesoro llames
Que no sean casualidades lo que cambie tu destino
Que no sean los tropiezos
 los que te empujen o te impidan avanzar.

Espero que siempre encuentres
Un acorde que te haga vibrar
Un poema que te haga pensar
Palabras que te hagan suspirar
Que siempre te salga el as de corazones.

Que tu mar siempre este
en un tono acqua brillante
que se la pasen saltando delfines en alta mar
que tu cielo siempre este estrellado
que tu luna, se dedique solo a brillar
que siempre tengas un hombro
sobre el cual descansar.

Que el payaso siempre te haga reir
Con su roja nariz
Que nadie nunca le ponga grilletes
A tu corazón o a tu razón
Que tus casos siempre sean 1 entre 1 millón
Que siempre te exijas más que tus probabilidades
Que siempre haya un Everest que escalar
Que siempre tengas una selva que explorar.
Que nunca pares de bailar
De reír o de soñar
Que tu juego no se defina por un penal.


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Infinito Dia 3


Que mucho... sea la medida de tu infinito



Infinito Día 3

Ayer mientras leías todo lo que te quería contar
me respondiste espontaneo  que querías todo eso
me dijiste “quiero tener que contar lo vivido
Y no lo soñado
Así quiero que sea”
Y yo te respondí “Así será”
Sin embargo después dude
Y pensé que si al final el tiempo pasa
y solo cuentas lo vivido
en tu historia no me contaras
no guardaras lo que te he dado
o lo que de ti he tomado
Si solo cuentas los caminos recorridos
No contaras lo que no llego a pasar.

Si no cuentas lo soñado
No llegaras a contar ni los momentos
Ni los instantes
Ni las miradas de complicidad
Ni las dudas ni él porque
Ni el camino que yo… que tú no llegaste a recorrer
No contaras esas cosas
Que no tocamos
Pero que atesoramos
Bueno,
Que yo atesoro.

Si solo cuentas lo vivido
Contaras tus risas
Pero no mis mariposas
Ni mis suspiros
Ni el aire que si me miras
me quitas o que me das

Si solo cuentas lo vivido
No contaras el libro que no vamos a escribir
O los que no vamos a leer
Ni los poemas que nadie más podrá ver
Ni los planes que no llegaremos a hacer

Si no cuentas tus sueños
No contaras tus proyectos
Ni tus aspiraciones
Tus ambiciones
Tus luchas interiores
Ni tus reflexiones
Ni tus indecisiones
No contaras tampoco tus ilusiones.

Deja que tu corazón cuente también
El infinito de cosas que la vida nos muestra pero no nos da
Las rutas que no se llegan a tomar
Cuenta también las cosas
a las que con dolor tuviste que renunciar
Para ser quien eres y quien mañana serás.
Por conservar tu sonrisa
Para construir tu felicidad.


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Infinito Día 2


Que Mucho... Sea la medida de tu infinito..


Infinito Día 2

Si estos días se tratan de contarte buenos deseos
Si van de contarte lo que espero que la vida te regale
Si  van de decirte cuan feliz espero que seas,
o de que espero que cumplas muchos
Aunque yo cumpla más

Comencé a buscar…
Y encontré tantas cosas que contarte
Que pensé en el cuento de hadas
en el que salvas a la princesa 
del dragón en el castillo
y son felices para siempre
y es el final
o contarte ovejitas y llevarte a dormir
donde sueñes sueños de amor, pasión y felicidad.
contarte los números sin final,
las estrellas en el cielo
o la arena del mar
o cuantas veces me haces suspirar.
Pero estaría trillado
como dice Filio en alguna canción

Por eso esto es lo que te voy a contar
Cuanto deseo que tus años nunca estén cumplidos en tu corazón
Que siempre haya una ilusión que te mueva
un ideal que te impulse
Que siempre tengas un infinito que alcanzar
Que nunca te tengas la vida por completa
Que siempre esperes una pieza más
          Algo más que tener o que tocar
          Que sentir, porque o por quien suspirar
            De donde partir y donde regresar

Por eso mejor te voy a contar cuanto espero
que te lleguen imposibles
Retos que creas que no puedes superar
Carreras difíciles de correr
Y otras más que debas perder
Amores que no puedas disfrutar
Amistades que no puedas conservar
Que le llegue a tu corazón
Siempre una razón para ser más y mejor

Que cuando a ti te toque contar lo que has vivido
No cuentes tus años..

Que Mucho... Sea la medida de tu infinito..

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Infinito Día 01



 Que mucho... Sea la medida de tu infinito..



Que infinito sea el límite de tus sueños
Y tú fuerza para alcanzarlos

Que infinitas sean las chispas
Que enardezcan tus ilusiones

La pasión que te lleve por la vida
Y  que te mueva a alcanzar tus ambiciones

Que infinitas sean las sorpresas
Que te roben las sonrisas

E infinitas las miradas
Que te arrebaten la piel

Que infinitos sean los instantes
Que nos hagan coincidir en este tiempo

Que infinitas sean las piezas
                Con el que complementen tu vida

Que infinito sea el límite

                Que mucho... Sea la medida de tu infinito..



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martes, junio 03, 2014

Sobre Coincidir

Sobre Coincidir... Mientras coincidir sea el tiempo que estamos viviendosigue haciendo magia en mí con tu mirada

Nota para el lector... escuchar... Coincidir _ Fernando Delgadillo




He coincidido con la chispa
con el fuego y el deseo
he coincidido en todo 
menos en el tiempo

He coincidido con la risa en labios 
de otros labios
con la chispa y con la química
cuando de repente te sorprende la magia
Te sorprende coincidir con otro ser
y no ser
no poder
no querer ser
No ser..

Y no necesito tocar tu chispa para quemarme
Ni probar tu química para probarte
Ni hacer magia para saberte
Ni coincidir contigo para siempre 
para no olvidarte.

He coincidido en este tiempo
con tu risa y tus palabras
He coincidido 
con la magia de tus ojos
la alegría de tu alma
y nada me hace mas feliz
en este siglo, en este mundo
en este espacio
mientras coincidir 
sea el tiempo 
que nos toca vivir.

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